Alarmas para casa sin cuotas: ¿son realmente efectivas?

Cada familia tiene su situación y necesidades particulares, por lo que las empresas del sector han adaptado su producto para llegar a todos los perfiles y demandas. En ese sentido, se tienen también en cuenta las posibilidades económicas de cada cliente, con ofertas personalizadas y sistemas que garantizan el acceso a un alto porcentaje del público. Las alarmas sin cuotas persiguen este objetivo sin perder la calidad y garantía del producto. 

¿Qué son las alarmas sin cuotas?

Son sistemas de alarma que se adquieren en su totalidad, de manera que el usuario no realiza un pago mensual por este servicio: el cliente abona el dinero acordado, en una única transferencia y recibe el producto y el servicio de instalación. El costo es, evidentemente, más alto que en el modelo con cuota, ya que supone el desembolso total de su coste.

Principales diferencias vs un sistema de alarmas

El precio cambia, ya que el servicio es muy diferente. Es cierto que el proceso inicial es similar, pues la empresa proveedora aporta la tecnología y se encarga de la instalación. En términos de gasto económico, la diferencia es evidente. 

Mientras que en el modelo convencional de alarmas, el cliente tiene que hacer un pago cada mes, porque el concepto del servicio está ligado al alquiler; en la alarma sin cuota, el desembolso se produce en una única ocasión, como si de cualquier producto de una tienda se tratase.

A partir de la instalación, la relación entre el usuario y su alarma cambia radicalmente. En el modelo tradicional, el sistema está conectado a una centralita que se encarga de realizar las gestiones necesarias, de forma inmediata, ante cualquier problema que ocurriera en la vivienda. Si hay un acceso no autorizado, la empresa contratada recibe el aviso y se encarga de llamar a la Policía. Esta idea se pierde con el formato de alarma sin cuota, puesto que la relación con la empresa instaladora se pierde. El usuario tiene las herramientas para saber si hay un asalto a su domicilio, al contar con una aplicación desde la cual puede controlar todo lo que ocurre en la vivienda; pero no tiene el apoyo de un servicio externo para realizar las acciones necesarias. 

En este sistema, el propietario es el encargado de solicitar la ayuda correspondiente cuando se produce un problema en el hogar. Este proceso es, por naturaleza, más lento; ya que las oficinas de las empresas de alarmas funcionan las 24 horas y ofrecen una respuesta ágil y eficaz. 

¿Es mejor elegir un sistema sin cuotas ante un sistema de alarma tradicional? 

Aunque por el precio nos pueda parecer que una alarma sin cuotas es la mejor opción, si analizamos el servicio que presta una alarma para casa con cuota, esta es mucho más recomendable, por la protección que ofrece. Tendremos conexión directa 24/7 con la Central Receptora de Alarmas, que se encargará de avisar a cualquier servicio de emergencia necesario en ese momento, ya sea la policía, los bomberos o un equipo sanitario. En caso de una emergencia, podremos pulsar el botón del pánico y avisar a la central para que mande a un equipo en nuestra ayuda. 

Con una alarma sin cuotas, contactar con emergencias corre 100% a nuestro cargo, lo que hará que no sea ni la mitad de eficiente que si lo hace un equipo especializado en este tipo de incidencias. 

Si lo que queremos es garantizar nuestra seguridad, el sistema de alarmas convencional ofrece unas garantías muy superiores, al contar con una central receptoras de alarmas que atenderá nuestra incidencia con respuesta inmediata. 

En cualquier caso, el aviso a la Policía llega más tarde que cuando el sistema de protección está vigilado por una empresa.

Además, en Sector Alarm contamos con alarmas para casa con un equipo propio de profesionales que se acercarán a tu hogar para descartar posibles amenazas y hacer un chequeo del estado de tu hogar. 

Cuando se trata de nuestra seguridad, debemos siempre pensar qué es lo mejor para nosotros y nuestros seres queridos, y tener en cuenta que nuestra protección es un gasto en el que no podemos escatimar.